Publicado el: 24 de julio, 2018
Nuestras decisiones no sólo nos afectan a nosotros sino a aquellos que nos rodean, y hay una serie de cuestionamientos que se hacen las personas con gente a su cargo: ¿qué tipo de jefe ser?, ¿tirano o un pacifista?, ¿democrático o autoritario?, ¿dirigir o liderar?
A principios del siglo XX surgieron nuevas teorías sobre la formación de un líder y principalmente sobre los estilos de liderazgo; pero todo esto surgió no porque empezaron a existir los jefes o los líderes, siempre a lo largo de la historia ha habido alguien que dirige o enseña a otro, las teorías e investigaciones sobre el liderazgo surgieron debido al enfoque humano y no sólo al resultado.
No puede existir líder sin seguidores, ya que el liderazgo se lo da su gente a través de la confianza, los seguidores dan la fuerza y el poder porque necesitan alguien que les enseñe el camino, que los impulse y los haga crecer.
El punto principal de estas teorías desarrolladas hace un siglo o poco menos, es que la gente lo sentía y los jefes lo sabían, se venía una revolución en todo el campo laborar e industrial, y ahora la empresa le tenía que ser fiel a sus colaboradores para mantenerlos.
El mercado libre no sólo es para los consumidores, sino también para que las organizaciones tuvieran que pelearse por encontrar el mejor talento para su capital humano, si el consumidor tiene el poder para elegir determinado producto o servicio, el colaborador del siglo XXI puede escoger entre las empresas que mejoren ayuden a su desarrollo humano y profesional.
Es necesario sentarnos un segundo y revisar este avance histórico, cultural y generacional en la parte humana de las empresas.
“Las personas no renuncian a las empresas, sino a sus jefes”. Siempre han existido organizaciones que no logran generar ese amor a la empresa en su personal, pero principalmente la actitud diaria de un jefe es lo que determinará el seguir o no en la empresa.
Por último, para guiarnos un poco en la decisión entre jefe o líder, hay que tener varios factores en cuenta, como:
1. El enfoque con el equipo.Ya sea transaccional o transformacional, es importante saber impulsar a la gente en el trabajo y buscando que alcance sus objetivos personales y también los de la organización.
2. Es necesario ser jefe y ser un líder. La palabra jefe hoy en día puede sonar muy ruda para algunos, pero es importante saber quién debe dirigir y quién debe ser dirigido. Y para ser un líderlo más importante es entender, escuchar a su gente y generar confianza.
3. Rotación. No pierdas el enfoque hacia tu gente, pues los resultados económicos, aunque son muy importantes en la organización no son los únicos, tenemos que cuidar el capital humano, pues a través de las personas las empresas perduran.
“Las empresas no son hermanas de la caridad. Tenemos que poner buenos precios, ganar utilidades, ser rentables. La productividad es una virtud y hay que ser obsesivo con ello, pero siempre conservando la responsabilidad con el personal”
– Lorenzo Servitje, Fundador de Bimbo
Por: Alejandro Aparicio